La plaza de Faro se alza en el corazón de Tánger, al inicio del bulevar Pasteur, con cañones que apuntan y unas impresionantes vistas, con una nueva arquitectura que se adapta a la dinámica de modernización urbana que la ciudad del Estrecho ha experimentado en los últimos años.
Tánger es un auténtico puente de comunicación y apertura con la Península Ibérica, potenciando sus espacios simbólicos como la plaza que estuvo cerrada unos meses por esta renovación.








