El faro de Cabo Malabata, a unos diez kilómetros del centro de Tánger, sigue esperando su reforma, debido a su deteriorada situación, que padece por el prolongado abandono sufrido.
Se trata de una zona en la costa que mira al mar Mediterráneo y donde reinan silencio y calma, donde se escucha con nitidez el sonido del mar y el sol aporta la luz necesaria para disfrutar de este espacio tan singular.








