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El Jebha, Puerto Capaz del Protectorado, puerto pesquero de sardinas

El Jebha, Puerto Capaz en la etapa del Protectorado español, fue fundado por los españoles, es considerada como la capital de la sardina a la brasa. Ubicada en el Rif, en la provincia de Chauen, actualmente cuenta con una población de 3757 habitantes, según el censo de 2014.

El nombre de la localidad en árabe se puede traducir como Frente, y hace alusión a que se encuentra en el pie de una cadena de montañas, como si fuera el frente o frontera de la cordillera montañosa.

Fue fundada por los españoles, siendo conocida como Puerto Capaz, en honor al general Osvaldo Capaz (1894-1936), quien la fundó en 1926. El militar fue luego el encargado de tomar Sidi Ifni en 1934, durante la etapa de la II República, un episodio que dejó testimonio en un posterior libro el conocido periodista Manuel Chaves Nogales (1897-1944).

La ciudad fue conocida por su nombre durante la etapa del Protectorado español hasta 1956, cuando Marruecos logró su independencia.

Su historia se remonta a la época colonial española, que la convirtió en un punto importante para el enlace marítimo entre Tetuán, que se encuentra a 122 kilómetros al oeste y Alhucemas, a 110 kilómetros al este. Así, está relacionado con la geografía de la región de Tánger-Tetuán-Alhucemas con su pintoresca costa y atractivas pesquerías.

Está adscrita administrativamente a la provincia de Chauen. Se caracteriza por el pequeño puerto que satisface las necesidades pesqueras de la región, en especial, la sardina que es considerada uno de los productos de alta calidad.

Como uno de los pueblos costeros más importantes, Jebha tiene zona para barcos de pesca y deportivos, donde están amarrados tanto los más grandes como los pequeños, realizándose la pesca de forma artesanal.

Numerosos pequeños restaurantes se extienden frente a la costa ofreciendo varias comidas, la más famosa es la conocida como ‘Jhabhawi’, la sardina a la plancha, que es toda una tentación.

El Jebha está vinculado al mar, tiene una extensa playa que parte del puerto, en el este y se expande hacia el oeste a una gran distancia, a la que muchos veraneantes la visitan durante el verano.

Mientras se recorre la localidad, lo que llama la atención son las construcciones antiguas, las llamadas ‘casas españolas’, y que rememoran la época dorada de la presencia española en la región, y que muchos ancianos en Jebha, entonces apenas niños, aún recuerdan con nostalgia. Las casas colindantes, más modernas son de color blanco y azul.

A pesar del reducido tamaño del pueblo, tiene mucho por descubrir, por lo que vale la pena una visita. Tiene una mezquita reciente de color blanco, cuyo minarete controla la vista del pueblo.

El Jebha es una de las opciones favoritas, para pasar días de descanso con una comida de sardinas a la parrilla, bajo la influencia de un paisaje con vistas al hermoso mar Mediterráneo y el sonido de las olas en sus playas.

Texto: Jesús Cabaleiro