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La plaza de toros de Tánger, declarada monumento histórico nacional

La plaza de toros de Tánger, construida durante el estatuto internacional de la ciudad, en 1949, ha sido clasificada por el Gobierno marroquí como monumento histórico nacional. Los tangerinos la conocen como ‘blaza toro’, en singular.

El coso taurino ha sido declarado monumento histórico por una decisión del Ministerio de Cultura, publicado oficialmente.

"Marruecos está llevando a cabo un proceso de reapropiación de su patrimonio", dijo el director de Patrimonio del Ministerio de Cultura, Mohamed Alaui.  El responsable marroquí subrayó que esta nueva decisión implica la imposibilidad de efectuar cualquier cambio en la morfología sin el consentimiento expreso del Ministerio de Cultura, al tratarse de un edificio declarado patrimonio nacional.

Hace justo cuatro años, en mayo de 2012, el entonces presidente del Centro Regional de Turismo de Tánger-Tetuán, Mustafa Boucetta, solicitaba reabrir la plaza de toros de Tánger para celebrar corridas. Añadía que hay empresas españolas ya interesadas y auguró que entre 15 y 20.000 españoles pueden desplazarse a Marruecos a ver los toros.

Esta idea le fue expuesta al ministro de Turismo, Lehcen Haddad, quien acogió "la idea de forma excelente" según Boucetta quien citó que la plaza además de los toros puede aprovecharse para conciertos y otros espectáculos como sucede en España con varias plazas de toros.

También recordó que ahora que se podría aprovechar para reivindicar la tauromaquia y reabrir la plaza, la única de todo Marruecos. "Con el nuevo puerto urbano podemos recibir a los visitantes" relacionados con los toros. Sostuvo que se pueden crear unos 'packs' para los turistas que incluyan además del alojamiento en hoteles la posibilidad de ver una corrida de toros.

Sobre la polémica de la reapertura decía amar "las polémicas" añadiendo que son una buena publicidad para hacer que todos se interesen por Tánger y apuntaba no contar con las protestas de grupos en defensa de los animales citando que la carne de los toros muertos iría a asociaciones de ayuda a los necesitados.

Antes, en septiembre de 2005, la Diputación Provincial de Cádiz y el consejo regional Tánger-Tetuán firmaron un acuerdo para llevar a cabo el proyecto de recuperación de la plaza de toros. Su objetivo primordial era convertir el coso en un espacio multiusos en el que se puedan llevar a cabo no sólo corridas de toros, sino conciertos, espectáculos de arte ecuestre, teatro, óperas, motocross, y todo tipo de eventos socioculturales propicios para organizar en este recinto. Finalmente, no se llevó a cabo.

Historia

La plaza de Tánger, construída en la carretera de Tánger a Tetuán, fue un proyecto de la empresa española Ingeniería y Construcción SA, concebido por dos empresarios Jalid Raisuni y José Beneish, además del ingeniero Francisco Rodrigálvarez López.

La primera piedra se colocó en febrero de 1949, en la época del Tánger internacional (1923-1956) con representación entonces del Consulado de España y de la administración internacional que gobernaba Tánger, y fue bendecida por el padre franciscano Buenaventura.

Tenía una capacidad para 13.013 localidades y disponía además de cuadras de caballos, corrales, almacenes, toriles, quirófano, enfermería, capilla, baño, sala de toreros y una vivienda para el conserje. Entre los accionistas principales figuraban Moulay Ahmed Rissouni, ‘caïd’ (gobernador) de Larache. 

Su inauguración,  tuvo lugar el 27 de agosto de 1950 con un cartel de excelentes maestros del arte taurino, como Agustín Parra ‘Parrita’, José María Martorell Navas, Manuel Calero Cantero ‘Calerito’ y con toros de la ganadería de Fermín Bohórquez. 

Era un domingo de agosto, un día inolvidable, toda la ciudad estaba paralizada, kilómetros de atascos de tráfico que se dirigían a la plaza, vendedores, periodistas, espectadores y curiosos, todos estaban allí.  Asistieron espectadores de todas las ciudades, de forma que se aumentaron las frecuencias de los trenes, los autobuses y barcos incluso se organizó un vuelo especial entre Gibraltar y Tánger. Se agotaron las entradas, por lo que 11.500 personas se vieron obligadas a asistir a su apertura desde los jardines de fuera. 

La actividad de aquellas tardes taurinas duraron hasta el año 1970, por su coso pasaron varios ilustres toreros como Ángel Peralta, Juan Belmonte Fernández, Pepe Luis Vázquez, Luís Miguel Dominguín, Julio Aparicio, Miguel Báez ‘El Litri’, Manuel Benítez ‘El Cordobés’, Antonio Ordóñez, Pepín Martín Vázquez, entre otros. Fueron igualmente numerosos los españoles residentes en Tánger que tentaron a la suerte en el coso tangerino, como Pepito Medina, Luis Álvarez ‘El Andaluz’ y Jesús Cañizares. 

Algunas de las principales anécdotas, fue ver torear a una mujer, Conchita Cintrón, cuando en España aún estaba prohibida la participación del sexo femenino en el mundo del toreo o que el rey Mohamed V, abuelo del actual monarca Mohamed VI, asistió de incógnito a una corrida. 

La independencia del país en 1956 hizo parar el espectáculo y la plaza se cerró hasta el 12 de julio de 1970, cuando nuevos promotores madrileños, los hermanos Lozano, abrieron de nuevo la puertas del coso hasta el 4 de octubre del ese mismo año, con la intervención de ‘El Cordobés’ en la última corrida de esta plaza. 

Con el paso de los años, y tras la independencia de Marruecos en 1956, la plaza de toros de Tánger perdió primero al público de la tauromaquia. Llegó a convertirse posteriormente en un ring de boxeo, una sala de eventos artísticos y culturales y hasta un centro de internamiento de inmigrantes subsaharianos a finales de los ochenta, principios de los noventa del pasado siglo.

Los motivos del cierre nunca han sido revelados, pero se comenta que el difunto rey Hassan II “no soportaba esta carnicería” y por este motivo la arena de Casablanca, construida en los años veinte fue destruida en los años setenta. También desapareció la plaza de toros de Alhucemas, ciudad fundada por los españoles y que fue inaugurada en los años cincuenta, cuando era Villa Sanjurjo.

El coso taurino es actualmente propiedad del Ayuntamiento de Tánger que le fue cedido por un establecimiento bancario en 2003.

La plaza de toros de Tánger junto al gran teatro de Cervantes –que ahora se venderá a Marruecos según el proyecto del Gobierno en funciones- constituyen las marcas más emblemáticas del patrimonio histórico español en la cosmopolita ciudad del Estrecho.

Texto: Jesús Cabaleiro