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Sociedad

Hotel Cecil de Tánger, en espera de su necesaria recuperación

El hotel Cecil en Tánger, conocida referencia histórica, sigue a la espera de su necesaria rehabilitación y recuperación anunciada ya desde 2018.

El hotel Cecil cayó en desgracia a lo largo de los años a pesar de ser una de las grandes e históricas instituciones hoteleras de Tánger habiendo entrando en un prolongado declive.

Actualmente se encuentra a la espera de su necesaria rehabilitación, se preserva su fachada donde todavía apenas se vislumbra su nombre y se ubicó un cartel que explicaba su próxima reforma y recuperación urbana.

Hace un año las lluvias torrenciales habían provocado la caída de parte de lo poco que quedaba de la fachada, no era la primera vez, ya que hace más de una década, en 2011 se produjeron seis heridos al derrumbarse parte del techo.

En su última etapa antes del cierre contaba con tres estrellas y 35 habitaciones. El establecimiento hotelero se ha convertido con el paso de los años en un edificio cada vez más en ruinas.

Historia

Tánger albergaba los hoteles más lujosos de Marruecos. Además del legendario Continental, el Hotel Cecil era un referente.

Fue el primer hotel construido fuera de la medina, enfrente de la playa, frente al mar, entonces, las aguas del mar llegaban muy cerca de sus escalinatas, exactamente en la antigua avenida de España, 11, hoy avenida Mohamed VI.

El hotel fue construido en 1865 y su inauguración fue recogida por el diario Al-Maghreb Al Aksa. Se inauguró con el nombre de Hotel ‘Nueva York’ y, tras unas reformas de ampliación, a principios del siglo XX, se cambió como Hotel Cecil.

El nombre se remonta a un hotel lujoso de Londres, el Gran Cecil, abierto en 1896 y que era el más grande de la época con 800 habitaciones y ese mismo nombre se propagó a otros hoteles, como Alejandría.

En cuanto a su primer propietario fue un miembro de la comunidad judía, británico, residente en la ciudad, Albert Metzger y posteriormente pasó al propietario del hotel Cecil de Alejandría.

Tanger Gazette describió, el 23 de junio de 1923 el hotel: "habitaciones bien ventiladas con las últimas instalaciones sanitarias, suites de habitaciones con baños y aseos privados, un comedor espacioso comedor, sala de lectura y salas de billar. También contaba con luz eléctrica, amplias terrazas, un mirador y una cancha de tenis sobre césped, dando la imagen de  un club británico.

La arquitectura tuvo su importancia por su apariencia interior y exterior, como símbolo frente a otros establecimientos hoteleros de la ciudad. Se convirtió en uno de los más prestigiosos y más lujosos, los propietarios cuidaban los detalles externos de atención, destinado básicamente a turistas ingleses y famosos de la época.

El diseño interior del Hotel Cecil atrajo, principalmente, a personas adineradas  europeas. El Cecil fue, en su día, uno de los mejores hoteles de la ciudad del Estrecho y tanto prestigio había ganado gracias a su clientela. Este hotel era un punto de referencia y un lugar favorito para expatriados, artistas, familias reales europeas, diplomáticos y figuras políticas que visitaban Tánger.

El hotel contaba con una amplia terraza desde la cual se podía contemplar las carreras de caballos en la playa, y estaba dotado de una pérgola donde se celebraban fiesta y bailes.

Visitantes ilustres

El príncipe Enrique de Orléans (1822-1897), se alojó en el hotel un año después de su inauguración. Una visita que marcará un punto de inflexión para el Hotel Cecil, que se convertirá en un destino real. En 1907, la princesa Margaret Mathilde de Sajonia (1863-1933) reservó una suite en el hotel

Los archivos del establecimiento de Tánger, publicados por  historiadores, muestran que Winston Churchill (1874-1965), el príncipe Carlos Murat (1803-1878), María de Battenberg, princesa Schonberg (1852-1923) y el aventurero Robert Bontine Cunnighame Graham (1852-1936) también se habían alojado en el hotel Cecil.

El Cecil también fue refugio del periodista del Times, Walter Burton Harris (1866-1933) tras ser liberado por hombres de Ahmed Raisuli (1871-1925), habría abandonado su villa, (la conocida aún hoy como Villa Harris) en favor de una suite en el hotel Cecil.

En sus habitaciones se alojaron artistas de cine y del teatro como Douglas Fairbanks (1883-1939), María Guerrero (1867-1928) y el elenco de ‘La Barraca’, de Federico García Lorca (1898-1936). El escritor Cesar González Ruano (1903-1965) lo cita en sus memorias ya que pasó temporadas allí.

Incluso en 1947 se alojó allí el rey Mohamed V (1909-1961) donde desde su balcón disfrutaba de las vistas. Hay que recordar que pronunció en la ciudad su famoso discurso del 9 de abril, donde recogía los anhelos de independencia de Marruecos. Ese mensaje tuvo lugar en lo que los tangerinos siguen llamando Zoco Grande, hoy oficialmente plaza del 9 de abril.

Texto: Jesús Cabaleiro